martes, 25 de febrero de 2014

I
La observo.
 Es mi recreo,
Sus palabras atraviesan
haciendo transparencia
la carne de mis huesos
y en mi sangre
 sus articuladas letras convergen
en grandes zancos de gigante.

II

La escucho en cada despiste y
en segundos de trance obnubilado
la intuyo en mi deseo









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