de mi boca
ni de los dientes atroces
que adopta en su forma
mi locura embriagada cuando
insensible
tus vaivenes me tocan.
cuando las gotas de lluvia
desbordan las notas
de la guitarra gitana
que llevo en mis dedos
no me engalanes
con tu ego mundano
no te encomiendes
al ido descaro.
Vuela el Halcón tan depredador
con su huella nos deja la fresca agonía,
que pinta en color el paisaje de sangre
matices tan rojos, tercos pinceles
se tiñe el ocaso de pena de muerte.
Busco la sombra de los cipreses
y el frío sorbo de los burdeles
extravío mi norte para encontrar
nuevos senderos que transitar.
Que importa la soledad en aquellos trenes
los grandes campos de amor tan verdes
son mis abrazos, confesores,
retales de paz , incondicionales.
G.CALATAYUD