He dejado de buscarte
sigilosa a lo lejos.
El amor está en mi alma,
está en mis manos
está en mis gestos.
jueves, 30 de octubre de 2014
lunes, 13 de octubre de 2014
Yo también he bailado
Entre desierto y tormenta
Entre salvajes calimas
Me destronaban las rejaS
Pero el día más triste
Con cielo grisáceo
Es tan bello a la vida
Meritando su premio
Que al despertar te demuestre
Su verde azulejo
Y un segundo más tarde
Fuera el paisaje más cuerdo
Tú también has danzado
Entre los muertos
Nos visitamos
hasta el punto y Final del silencio.
¿Que precio tiene el camino
de lo inconexo?
Este rincón de aprendiz
Ya está tan creciendo
Tan tallado a volar
A mi estado de ensueño.
Tan cercano a la mar
Desde mi ventana observo
Impasible el pasado que retengo preso
Pasito despacio a la libertad.
G.calatayud
Entre desierto y tormenta
Entre salvajes calimas
Me destronaban las rejaS
Pero el día más triste
Con cielo grisáceo
Es tan bello a la vida
Meritando su premio
Que al despertar te demuestre
Su verde azulejo
Y un segundo más tarde
Fuera el paisaje más cuerdo
Tú también has danzado
Entre los muertos
Nos visitamos
hasta el punto y Final del silencio.
¿Que precio tiene el camino
de lo inconexo?
Este rincón de aprendiz
Ya está tan creciendo
Tan tallado a volar
A mi estado de ensueño.
Tan cercano a la mar
Desde mi ventana observo
Impasible el pasado que retengo preso
Pasito despacio a la libertad.
G.calatayud
No sé lo que ocupa su alma en tu alma
Verás que está en trance una inmensa amalgama
Del amargo pasillo de lo indeciso
Del color de las flores al oscuro invierno frio.
Verás que no hay lágrima que se merezca un destino
ni caer tan despacio que perfile en sigilo
Un terrible amor de oceánica soledad .
Temblando tiritas temiendo
Vivir de lo que nunca ha existido,
su cariño es la luciérnaga rota
Arrastrando el instinto que extingue
La luz de la luna en un sólo soplido.
La más negra armonía no entraña al castigo
impostemos la voz, afilemos los dientes
Llenémonos de risas de artificio los bolsillos.
Las noches de insomnio, de sueños que rugen
De susto y despiertas desde un décimo piso
desafiando sin manos tu presente abismo.
No merecen sus gritos tu escucha
Ni su perdón desmedido tu escalofrío
Ahora el tic tac del reloj converge
Conversa,converge y te mece
en su aguijón de olvido.
Verás que está en trance una inmensa amalgama
Del amargo pasillo de lo indeciso
Del color de las flores al oscuro invierno frio.
Verás que no hay lágrima que se merezca un destino
ni caer tan despacio que perfile en sigilo
Un terrible amor de oceánica soledad .
Temblando tiritas temiendo
Vivir de lo que nunca ha existido,
su cariño es la luciérnaga rota
Arrastrando el instinto que extingue
La luz de la luna en un sólo soplido.
La más negra armonía no entraña al castigo
impostemos la voz, afilemos los dientes
Llenémonos de risas de artificio los bolsillos.
Las noches de insomnio, de sueños que rugen
De susto y despiertas desde un décimo piso
desafiando sin manos tu presente abismo.
No merecen sus gritos tu escucha
Ni su perdón desmedido tu escalofrío
Ahora el tic tac del reloj converge
Conversa,converge y te mece
en su aguijón de olvido.
Viéndolo venir saltas
Queriéndolo sufrir,bailas
Intentando no llorar, sollozas
Te marchas.
Tu mirada estival,
Tu inmaculada compostura
No perdiéndola prometes
Que no hay nada
Que te rete.
¿Què hay detrás de tu desdicha?
Estimarte tan valiente
Sobremanera me complace,
Despeinada y reluciente.
Deseando ser feliz, vives
Sonriente y del revés, vuelves
Y te quedas en mi mundo para siempre.
Queriéndolo sufrir,bailas
Intentando no llorar, sollozas
Te marchas.
Tu mirada estival,
Tu inmaculada compostura
No perdiéndola prometes
Que no hay nada
Que te rete.
¿Què hay detrás de tu desdicha?
Estimarte tan valiente
Sobremanera me complace,
Despeinada y reluciente.
Deseando ser feliz, vives
Sonriente y del revés, vuelves
Y te quedas en mi mundo para siempre.
Pudimos ser grandes,
Gigantes,
con manos blancas
Tatuar la historia
Con sabor a nieve
Y guardar la rabia
Enormes manos blancas
Que escriben,
con los dedos basta
Sentir la libertad tan dentro
Del alma.
Pudimos ser altos de orgullo
Y el cielo sereno
Mostrarnos los versos
de nuestro Abuelos.
Pudimos ser y no somos
Las estrellas radiantes del firmamento.
Gigantes,
con manos blancas
Tatuar la historia
Con sabor a nieve
Y guardar la rabia
Enormes manos blancas
Que escriben,
con los dedos basta
Sentir la libertad tan dentro
Del alma.
Pudimos ser altos de orgullo
Y el cielo sereno
Mostrarnos los versos
de nuestro Abuelos.
Pudimos ser y no somos
Las estrellas radiantes del firmamento.
Entrañas ahogadas en sangre
Recriminas tú, verdugo, al pobre
Que con sus manos limpia la muerte
Recriminas el diablo es más fuerte
Olvidaste que abriste la puerta
Y en su tridente colgaste la llave.
Ahora este cielo tan negro llueve,
Y del miedo corremos los muebles
Tú sangre es veneno del sastre
Que va hilando los trajes inertes.
Vete señora, vete
De su sed espero que beba
Para después no volver jamás a verla.
Recriminas tú, verdugo, al pobre
Que con sus manos limpia la muerte
Recriminas el diablo es más fuerte
Olvidaste que abriste la puerta
Y en su tridente colgaste la llave.
Ahora este cielo tan negro llueve,
Y del miedo corremos los muebles
Tú sangre es veneno del sastre
Que va hilando los trajes inertes.
Vete señora, vete
De su sed espero que beba
Para después no volver jamás a verla.
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