miércoles, 19 de febrero de 2014

INCOMPRENDIDO



El camino donde las piedras
 rompen los huesos de los dedos.
Donde el coraje es cubrirse con seda
 las arañillas rojas de los ojos,
nos tapa también  la voz y hasta el aliento
 y el descanso es abrupto, muy sediento.

¿Pereceremos?

Quiero explotar con el cañón mi bandera
romperla , empuñar el final de ese mástil
y vestirme de soldado a mi manera

Sentirme como un Dios
espléndido disfraz
magnifico albornoz
nadie puede atar
los hilos de mi voz.
¿Quien me va a escupir
en galante sensación?

Sentarme en la llanura
a la altura de un lobo feroz.
Jugando con el poder de un colmillo
ensangrentado que enseñado
va afilando el malhumor.

Y se retiran las presas,
ya huyen descalzas sin piernas
y se dejan la piel en las huellas.

Redimidas con sangre en la arena
van queriendo evitar la condena.
El verdugo de la conciencia eterna.

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