viernes, 14 de marzo de 2014

Hay días que me siento inerte
otros fiera para burlarme de todo
o aun pensar que esa orquesta
no me toca debajo del ombligo.

mi ombligo abarca tu ombligo
tu dolor también va conmigo
no me iré de pensamiento,
ese duelo también es mío.

Esa lágrima que se despeña
arranca a su paso mi paz
esa mejilla mojada
con mis caricias la juego a secar.

Nunca fuimos tan jóvenes
como para no llorar,
ni tan felinos de espíritu
para dejar de necesitar.

Ese adiós extraño ...
Él te creó de hueso y carne
te enseñó a ser y amar,
y ahora se desgarra aullando a la luna
su voz angelical.

Si es que duerme lo habremos
de despertar
con sigilo en los recuerdos
todos juntos y no se irá.

mi ombligo abarca tu ombligo
este duelo es tuyo y mío,
y oigo afinar a la orquesta
 retumba mi oído de frío.

Nunca fuimos tan jóvenes
como para no llorar
ni tan atigrados de alma
como para olvidar  necesitar.

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