jueves, 30 de enero de 2014

y justicia hicieron los hombres
blindando las cárceles
que quisieron derribar otros
y dejar saltar las bestias
que derriban la armonía.

Son vestigios de un talante
retro fascista,
tan  de humo su retórica palabra
con el símbolo del dolar
que penetra entre los huesos
que sin alma y de pellejo
ya cayeron
junto el relente ciprés viejo
aunque viviendo danzan,
como zombies buscan
el mismo barniz verde,
que en desliz de escalofrío
la humanidad convierte
y tirita ido y frío,
omnipresente.



Y con justicia ahora duermo.
Y con la ironía  un café sorbo
mientras mi comisura labial,
vértice de una mueca,  amanece.
Deja el ser  reproche,
es victoria, regocijo
aunque en verdad
siempre supe  a mi entender
que el estiércol huele
a aroma de rosal
junto a vuestro huerto adoctrinado
de conquistas
y vosotros sois esclavos
y esclavistas,
y nosotros los títeres mundanos,
despreciados y cronistas.

Que alzáis la mano
para mover el hilo y retorcéis
el cuello.

Nosotros marionetas
levantamos a asomar la boca
para respirar la vida
esculpida,
como retáis en vuestras leyes
de demonio abyecto

A plumazos vais firmando
y se os caen los dientes
de la podredumbre de vuestra voz.
Como el óxido tan hijo de ese aire,
y tan vivo de  color anaranjando
las viles mentiras.

Y el aliento descompuesto de ser zombie.








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