martes, 2 de diciembre de 2014

Desde el final de los siglos
Al revés lo describo
Donde el fin del principio relata
el paisaje del silencio infinito

Desde el soñar que es despierto
Hasta dormir sin aliento
Se nos acaba el respiro
Cuando sin cuerpo vestimos

entrégate con los vivos
Ten presente el presente
Muere todos los días
de amanecer vencido

Y tan exhaustos los parpados
Se cierran pesados
Que olvidas que el mundo
Sin descanso Palpita

A cualquier hora
En cada esquina
impronta su rastro
Indescriptible su firma
Y tu reposas encima
De su ondulante paso.
Sin peines ni horquillas
Sin maestro de orquesta
que detenga
Los renglones de la tierra
 a la deriva.

Que se oye al cielo mirar?
Qué se ve tan sólo al tocar?

El ciprés en la orilla
Tembloroso de vida
paciente,a cuestas
su eterna ironía.

En este aire que me presta el viento es
donde si muero quiere vivir mi piel
desnudos mis huesos
hijos del tiempo
que los recoja la tierra y la sed.

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